El momento en que la vida pide pausa
A veces no es el cuerpo el que se rinde primero, sino el alma. El burnout laboral llega en silencio: se instala en las madrugadas sin sueño, en las sonrisas mecánicas y en esa sensación de estar en piloto automático.
No es pereza, no es debilidad: es tu ser pidiéndote que te detengas, que vuelvas a escucharte.
Las cicatrices que nadie ve
El trabajo constante bajo presión, la autoexigencia feroz y el miedo a no ser suficiente nos van desgastando por dentro. Son heridas invisibles que roban color a los días y nos desconectan de lo que somos.
Aceptar que duele, reconocer que necesitamos apoyo y abrirnos a recibirlo, es un acto de inmensa valentía.
Pequeños rituales para volver a ti
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Silencio consciente: cerrar los ojos y sentir tu respiración como un ancla.
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Tiempo sin reloj: un café sin prisas, un paseo sin destino.
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Palabras que abrazan: leer o escribir aquello que alimente tu espíritu.
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Cuidado mutuo: hablar con quienes te sostienen y te recuerdan quién eres.
🌱 "A veces, sanar no es correr hacia adelante, sino sentarte contigo y escuchar lo que tu corazón lleva tiempo diciendo."
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